El Clan Puccio



El Clan Puccio


22 de julio de 1982
Buenos Aires, Argentina

La casa de la familia Puccio quedaba en la esquina de Martín y Omar y 25 de Mayo. Mas precisamente Martín y Omar 544, en el barrio de San Isidro. Y al menos desde afuera, parecía una familia muy normal. 

La familia estaba compuesta por el padre Arquímedes Puccio; su mujer, Epifanía Calvo, y cinco hijos: Alejandro, Silvia, Daniel -alias "Maguila"-, Guillermo y Adriana.

Arquímedes Puccio, era un contador, empresario y ex miembro de la SIDE - Servicio de Inteligencia-. Mas tarde seria el líder y cerebro de lo que luego se conocería como "El Clan Puccio".

A principios de los 80, acosado por deudas, Arquímedes organizo junto a su amigo y ex compañero de la Escuela Superior de Conducción Política Justicialista, Guillermo Fernández Laborda, entrar en el negocio de los secuestros.

A ellos se les sumaron los dos hijos varones de Puccio: Alejandro y Daniel. Alejandro era jugador de Rugby del Club Atlético San Isidro y formaba parte de la Selección Argentina de Rugby.

Mientras que Daniel también era rugbier y venia de vivir en Australia. Aun así, decidió volver convencido por su hermano Alejandro y no dudo en unirse a la banda. 

Roberto Díaz, Gustavo Contepomi, y el militar retirado Rodolfo Franco, terminarían también siendo parte de la banda. 

La idea era secuestrar a gente de dinero, pero para ello debían saber datos de las victimas y asegurarse que tenían el dinero. Por lo que empezaron a secuestrar a amigos y conocidos.


Primer Secuestro

Ricardo Manoukián, era un jugador de rugby de Pueyrredón e hijo de un matrimonio propietario de una cadena de supermercados.

El 22 de julio de 1982, manejaba su BMW por Avenida Libertador cuando su amigo y colega del rugby, Alejandro Puccio, le hizo señas para que se detuviera.

Alejandro Puccio afirmo que tenia problemas con el auto, a lo que Ricardo Manoukián se ofreció a llevarlo. Cuando lo hizo tenía el caño de una pistola en la cabeza. Alejandro lo llevó hasta la casona de su familia en San Isidro.

Un día más tarde, los Manoukián recibían un llamado de parte del "Comando de Liberación Nacional" en el que les pedían 500 mil dólares de rescate por Ricardo. Los llamados siempre se realizaban de teléfonos públicos.

Se sabe que Manoukián estuvo cautivo en el baño principal de la casa Puccio, maniatado y amordazado. Y que incluso hacían sus necesidades al lado del secuestrado. 

Para la entrega marcaron “postas” con botellas de cerveza y gaseosa distribuidas convenientemente en el camino hasta llegar al sitio donde se haría efectiva la entrega del dinero. Y asi despistar y evitar ser atrapados.

Una vez que se pagó, Manoukián fue muerto de tres balazos efectuados por Fernández Laborda y el cadáver apareció en un descampado de Benavídez meses más tarde.



Segundo Secuestro

El 5 de mayo de 1983 fue el turno de Eduardo Aulet, de 25 años. Aulet jugaba al rugby en el mismo equipo que Alejandro Puccio, era ingeniero industrial, e hijo de un empresario metalúrgico.

El método de secuestro fue parecido al de Ricardo Manoukián, solo que esta vez el entregador fue Gustavo Contepomi, otro integrante del Clan. 

El cautiverio de Aulet fue distinto al de Manoukián, ya que para entonces los Puccio habían contratado a un albañil llamado Herculano Vilca -que se uniría a la banda - para hacer una celda en el sótano de la casa. 

En el caso de Eduardo Aulet pidieron 100 mil dolares, los cuales fueron pagados por los familiares siguiendo el mismo método de postas con latas de cerveza y botellas. 

Finalmente, Aulet fue asesinado a balazos y enterrado en un descampado de General Rodríguez. Al cadáver lo encontró el Grupo Argentino de Antropología Forense cuatro años más tarde, en 1987.



Tercer Secuestro

El 22 de junio de 1984, el Clan Puccio, intento secuestrar a Emilio Naum, conocido de Arquímedes Puccio. Naum, tenia 38 años y era dueño de la firma de ropa y zapatos "Mc Taylor".

El modus operandi fue similar: Arquímedes fingió tener problemas mecánicos en su auto y le hizo señas para que se detuviera. Cuando lo hizo, vio a dos personas más que aparecían detrás de Puccio se resistió e intentó huir.

Fernández Laborda se precipito y le disparó en el pecho. Lo dejaron muerto en el auto, en plena calle. El secuestro fue un fracaso y esto despertó la furia de Arquímedes Puccio.



Cuarto Secuestro

El 8 de agosto de 1984, secuestraron a Nélida Bollini, una empresaria funeraria. Esta vez, la victima fue entregada por Roberto Díaz.

A la mujer la mantenían con los ojos vendados, maniatada y le hacían creer que estaba en el campo y no en un sótano. Para ello el clan Puccio había planificado una ingeniosa estrategia. 

Llevaban al sótano fardos de pasto que colocaban cerca de la señora, ponían un casete en el que habían grabado cantares de pájaros silvestres y cada tanto encendían un ventilador para hacer pasar el viento como brisa campestre.

Las conversaciones con la familia Bollini -como pasaba con los otros secuestrados- las hacían por medio de llamados hechos desde distintos teléfonos públicos. Por ella pidieron 500 mil dólares y estuvo 32 días encerrada.

La familia Bollini, terminaría hablando con la policía y grabando las conversaciones que mas tarde se usarían como pruebas para reconocer la voz de Arquímedes Puccio.

Finalmente pactaron el momento de la entrega de dinero y allí fue cuando Arquímedes, su hijo Daniel "Maguila", Roberto Diaz y Fernández Laborda fueron atrapados en las inmediaciones de la cancha de Huracán de Parque Patricios.

En el bolsillo de Daniel "Maguila", encontrarían un papel con los teléfonos de los hijos de Nélida Bollini. Mientras tanto Arquímedes Puccio les dijo a los policías que su casa estaba dinamitada, para evitar que fueran.

Esa misma noche, 21 efectivos de la Policía Federal al mando del comisario Mario Fernández allanaron la casona de los Puccio. Arrestaron en la cocina a Alejandro Puccio, junto con su novia, Mónica Survik.

Fueron al sótano y encontraron a la señora Bollini en estado de desesperación. Días después arrestaron a el coronel del ejército Rodolfo Victoriano Franco, Herculano Vica y Gustavo Contemponi. El Clan Puccio había caído. 



Juicio

Apenas se hizo publico el arresto de Alejandro Puccio, la causa se volvió un escándalo. Sus compañeros del Club Atlético San Isidro reaccionaron corporativamente afirmando su inocencia, sin ninguna prueba.

Con férreo espíritu de cuerpo, hicieron rezar una misa por él, se agolparon en Tribunales, y apoyaron a su novia. Pero duro poco tiempo, ya que en el juicio las pruebas era contundentes. 

Durante el juicio se supo que, Arquímedes Puccio, había sido funcionario de la Cancillería, de donde lo echaron por tratar de contrabandear pistolas italianas por medio de valijas diplomáticas.

También se supo que en 1973 siendo secretario de Deportes de la Ciudad de Buenos Aires, fue acusado de haber secuestrado a un ejecutivo de Bonafide por el que se pagó un millón de dólares.

En ese momento, quedo libre por falta de pruebas. Quien imaginaria una década más tarde volvería, despiadado, al mundo del secuestro extorsivo.

Ademas se supo que a Arquímedes Puccio, le decían en el barrio "el loco de la escoba". Porque siempre estaba barriendo la vereda suya o la de sus vecinos del frente, en horarios poco comunes. 

Esta costumbre era una manera que tenía Puccio de chequear si se escuchaban los gritos o los lamentos de sus secuestrados desde el sótano. Y también controlar que nadie lo este siguiendo o sospechando. 

Fue Roberto Díaz, quien tras doce horas de indagatoria, confesó la vinculación de la banda con todos los secuestros y que había sido él quien había efectuado los disparos que habían terminado con la vida del Eduardo Aulet. 

El 8 de noviembre de 1985, Alejandro Puccio, cuando lo trasladaban desde la Alcaldía del Palacio de Justicia al despacho del juez Héctor Grieben. Se arrojo desde el segundo piso al vacío. 

Si bien su caída fue amortiguada por un techo intermedio,sufrió gravísimas heridas, incluyendo politraumatismos craneanos, de los que se recuperó tras una dilatada estancia en terapia intensiva.



Fin del Clan


Tras el juicio que fue seguido con frenesí por la sociedad argentina a través de los medios, Roberto Diaz, fue sentenciado a reclusión perpetua - de  20 a 35 años -. Hoy tiene 71 años. Confesó ante la Justicia que mató a Aulet.

Gustavo Contepomi, fue sentenciado también a reclusión perpetua - de  20 a 35 años - murió en la cárcel, tenía más de 70 años.

Rodolfo Franco, también recibió reclusión perpetua; Franco murió en prisión a los 84 años de edad. Admitió que le dio su arma a Fernández Laborda para que asesinara a Naum. 

Mientras que al albañil de nacionalidad boliviana, Herculano Vilca, le dieron 10 años. En el juicio admitió haber cavado la fosa donde enterraron a Aulet. Actualmente esta libre. 

Guillermo Fernández Laborda, su confesión le permitió a los investigadores desarticular la banda. Dijo que fue él quien disparo contra Naum y Manoukian. Lo condenaron a reclusión perpetua.

Guillermo Puccio, nunca estuvo preso, tiempo antes de que secuestren a Bollini se exilio a Nueva Zelanda. Nunca volvió y se desconoce su paradero. 

Daniel "Maguila" Puccio, le dieron 13 años de prisión pero como llegó al juicio libre, escapó y nunca resultó atrapado. Se sospecha que vive en Brasil. 

Alejandro Puccio recibió reclusión perpetua. Ya en la cárcel intentó quitarse la vida dos veces. En la cárcel estudió psicología. En 1993 se casó con una chica que lo iba a visitar. 

Logró la libertad condicional en 1997 pero volvió a la cárcel por la presión de los familiares de las víctimas. Falleció en 2008 estando preso. Siempre aseguro ser inocente. 

Epifanía Calvo estuvo detenida y procesada. A los dos años recuperó la libertad, por decisión de la Cámara del Crimen por falta de pruebas. Se separo de Arquímedes Puccio.

Silvia Puccio, fue sospechada pero no se probó su participación. Si bien una monja que iba a la casa afirmo que Silvia bajaba al sótano, luego se desdijo. Esto hubiera asegurado una condena contra Silvia. Falleció de cáncer a los 52 años.

Adriana Puccio, tenia 14 años y era muy chica por lo que no se la interrogo. Nunca estuvo detenida y se le dio la tutela a unos tíos. Se cree que hoy vive con su madre, que ya es una mujer de más de 80 años.

Arquímedes Puccio fue condenado a reclusión perpetua por los cuatro casos que cometió la banda. Pasó por diversas cárceles y logró recibirse de abogado.

Por tener más 70 años, obtuvo su libertad en 2008, tras cumplir 23 años de prisión. Se había casado con una mujer mucho menor que él, quien también lo abandonó.

Arquímedes Puccio falleció el 4 de mayo de 2013 en General Pico a los 84 años de edad por una complicación derivada de un accidente cerebro-vascular. 

Después de que una sobrina y su ex esposa se negaran a recibir el cadáver del viejo secuestrador, se decidió que su cuerpo fuera a parar a una fosa común del cementerio. 


Desbaratado el clan, y con la fama en su contra, Puccio perdió todo. Ni siquiera su familia quiso volver a verlo. Nunca acepto su culpa por los secuestros y asesinatos, y aun afirmaba ser inocente. 

En la descripción les dejo un vídeo con los últimos días de este despreciable personaje. 

https://www.youtube.com/watch?v=lffWWltIgys







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